La libertad creativa

La obra de Silvio Fischbein no es una obra fácil, de esas que valen para la cartera de la dama y el bolsillo del caballero. Es una obra que exige nuestra mirada atenta, que obliga a la búsqueda.

Se trata de cajas atiborradas de pequeñas piezas que se entremezclan, se suceden, se encadenan, creando mundos en los que cada uno puede perderse infinitamente. Silvio Fischbein trabaja con objetos absolutamente cotidianos y con un cierto toque hasta kitsch, repetidos constante, obstinadamente: en el trayecto, los elementos desaparecen para transformarse en obras perfectamente cerradas en las que la búsqueda es absolutamente estética, en el sentido más clásico del arte: composición, color, texturas, direcciones.

Lo más llamativo en la obra de Silvio Fischbein es que utiliza elementos sencillos totalmente descontextualizados, pequeños muñequitos de cotillón  que funcionan como creadores de color y textura, pero no como personajes ni como alusión a un objeto determinado. Un camioncito no funciona como tal sino que es una mancha de color, o miles de bebés de plástico no remiten a niños sino a texturas visuales. El hecho de estar hechos con juguetes de piñatas infantiles, frasquitos, tapitas, pierde toda su carga a partir de la repetición. . “Mi ideal no es  componer, sino generar texturas”, dice.

Supongo que muchas veces las imágenes planteadas, como toda obra de arte, remiten a significados para el que lo mira, pero son significados tan abiertos que cada uno leerá algo distinto en la misma obra.  Y habrá tantas acepciones como espectadores, porque es una obra que se termina de cerrar con la mirada externa.

Silvio es una especie de raro arqueólogo artístico, que va encontrando distintos objetos con los que crear sus imágenes, casi totalmente abstractas, combinando materiales, colores y formas. Mira de un modo especial, descubriendo belleza en las cosas que la mayoría de nosotros ni siquiera veríamos. (Pienso en una obra hecha con muchísimos tubos de metal recortados, por ejemplo). Lo cotidiano sacado de su contexto para remarcar una característica particular: un determinado brillo, un color, una forma. Libertad absoluta para elegir sus materiales, ya sean juguetes, alambres, espejos, papel film, demostrando que el arte no es prerrogativa de ninguna materia, de ningún qué,  sino de un elaborado cómo.

Silvio Fischbein trabaja con la convicción de seguir su propio camino, y disfrutarlo. Que es la única manera de ser realmente genuino en al arte.

 

Florencia Salas

Curadora de Arte